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LA NO-DEUDA ARGENTINA -No se debe pagar lo ya pagado-


(Causa Alejandro Olmos) Causa 14.467


Vivir pagando y morir debiendo

“Nos parece altamente preocupante que América Latina haya pagado tres veces lo que recibió y siga debiendo el doble de lo que recibió. No podemos estar condenados a vivir pagando y a morir debiendo”.

Esta clara y patética denuncia la hizo el dirigente laboral Rodolfo Romero, secretario de la Central Latinoamericana de Trabajadores (CLAT), en Asunción, Paraguay.

Los que han estudiado las cifras reales de lo que América Latina recibió del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM) y lo que ya pagó, aseguran que ya se ha abonado casi cinco veces el monto total de la fatídica “deuda externa”.

Esta nueva forma de dominación y de humillante neocolonialismo es uno de los factores que le impide a los países en vías de desarrollo superar las crisis económicas y sociales en las que se hallan sumergidos.

La llamada “deuda externa” tiene dos características perversas. Por ser una deuda impagable, porque supera la capacidad financiera de los países deudores, se ha convertido ya en “deuda eterna”. Además, ha sido diseñada en forma tan sutil e inhumana que cuanto más se paga más se debe.

La República Argentina, que está superando la peor crisis económica y social de su historia, ha comenzado el año 2004 con una deuda externa de aproximadamente 180.000 millones de dólares.

Intentar pagar solamente los intereses de esa “supuesta deuda externa” significaría restarle fondos a la educación, al cuidado de la salud, a la asistencia social, a la creación de nuevos empleos y a condenar a una gran parte del pueblo al hambre y a la miseria, como ya ha sucedido.

Ya se han levantado organizaciones y se escuchan voces que denuncian lo que se ha definido como “la estafa de la supuesta deuda externa”.

Si Argentina, como el resto de los países de América Latina ya ha pagado casi cinco veces lo que recibió, nos encontramos frente a un caso de usura y de injustificada explotación.

Quienes se han comprometido con una lucha creativa para esclarecer el problema de la deuda externa han propuesto la creación de una CONADEP de la deuda para que se informe a toda la sociedad y se responda a estos interrogantes: ¿Cuánto debemos? ¿A quién debemos? ¿Por qué debemos?

Recordemos que la CONADEP fue la Comisión Nacional Sobre Desaparición de Personas, que presidió el escritor Ernesto Sábato, y que el 20 de septiembre de 1984 publicó el estremecedor libro ‘‘Nunca Más”.

Si se creara una CONADEP de la Deuda Externa se comprobaría que la Argentina no es deudora del FMI o del BM, sino acreedora de inmensas sumas de dinero, que en justicia deberían ser restituidas.

Otra propuesta de quienes se han alineado en una lucha solidaria con el pueblo argentino es recurrir a la Corte de la Haya para que se haga justicia a todos los pueblos del tercer mundo que ya han pagado con creces la deuda externa.

Tal vez alguien se pregunte, ¿cómo pudo Argentina, un país dotado de grandes y ricos recursos naturales, acumular una deuda de 180.000 millones de dólares?

Para ello es necesario retrotraerse al 24 de marzo de 1976, cuando un nuevo golpe militar derrocó a la presidenta María Estela Martínez de Perón. En los tiempos del gobierno del general Juan Domingo Perón, idolatrado por unos y vilipendiado por otros, la deuda externa de Argentina era de 4.500 millones de dólares, más los intereces, aproximadamente.

Durante la dictadura militar, desde marzo de 1976 a diciembre de 1983, el llamado Proceso de Reconstrucción Nacional elevó la deuda externa a la suma de 45.100 millones de dólares, lo que equivale a un crecimiento del 364 por ciento. A lo largo del gobierno del Dr. Raúl Alfonsín, de 1983 a 1989, la deuda externa subió a 65.300 millones de dólares, un aumento de 44 por ciento.

En los 10 años del gobierno del Dr. Carlos S. Menem, de 1989 a 1999, la deuda siguió su curso ascendente y alcanzó la cifra de 146.219 millones, lo que significa un aumento del 123 por ciento.

En el año 2001, durante el gobierno del Dr. Fernando de la Rúa, la deuda había llegado a los 153.000 millones, el equivalente al 9 por ciento de aumento.

En el corto período en que gobernó el Dr. Eduardo Duhalde, enero del 2002 a mayo del 2003, la deuda tuvo un aumento del 35 por ciento, alcanzando la cifra actual de 180.000 millones.

Frente a este panorama desolador, ¿cuál debe ser la actitud de todo ciudadano responsable y amante de su patria?

Ante todo es imperativo tomar conciencia de la injusticia de los organismos financieros internacionales que han patrocinado esta deuda fraudulenta con la complicidad de los militares y de los políticos, empresarios y sindicalistas corruptos, que a sabiendas permitieron y se beneficiaron con ese latrocinio.

El grupo más combativo en esta lucha por la dignidad del pueblo argentino, como lo proclamó Pepe de Paternal, es consciente de que la única solución es “dejar de pagar el tributo neocolonial llamado deuda y exigir que nos reintegren lo nuestro”.

‘‘Pero, eso lo debemos hacer en forma conjunta y bien podría ser Argentina la punta de lanza. De nosotros depende”.

Debemos agregar que Argentina no ingreso al FMI hasta 1957, siendo que este organismo fué creado entre 1945 y 1946. En el período 1946-1955, se rechazó totalmente al FMI.